Desecho correcto decubrebocas

En esta Brújula de Compra te explicaremos la importancia que el cubrebocas ha tenido en la reciente pandemia, las recomendaciones de uso por parte de las autoridades, pero sobre todo la forma correcta para desecharlos como una medida ambiental, toda vez que si no se desechan de manera adecuada, pueden llegar a infectar al personal encargado de la recolección de la basura y del servicio de limpieza, de igual forma pueden quedar atorados o desechados en terrenos baldíos, barrancas, ríos, drenajes y hasta en los océanos, contaminando el ambiente por varios años, pues están hechos con fibras sintéticas resistentes que no se degradan fácilmente y generan contaminación.

Buen uso, buen desecho

De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) “las decenas de miles de toneladas de desechos médicos adicionales derivados de la respuesta a la pandemia de COVID-19 han ejercido una enorme presión sobre los sistemas de gestión de desechos de la atención de salud a nivel mundial, poniendo en peligro la salud humana y ambiental, haciendo patente la necesidad de mejorar las prácticas de gestión de desechos”.

Y es que desde el inicio de la pandemia, millones de cubrebocas han sido utilizados, como bien dijimos anteriormente, en aras de preservar la salud y la vida. No obstante, te has preguntado ¿dónde han ido a parar los cubrebocas que has utilizado a lo largo de este episodio de la humanidad? ¿Has seguido las recomendaciones de desecho que las autoridades de cada país han implementado? Y todavía más ¿sabes el daño ecológico que representa el total de cubrebocas utilizados por la población mundial?

Es verdad que antes de las vacunas eran reflexiones poco usuales, pues estábamos más preocupados por mantenernos a salvo. No obstante ha llegado el momento de reflexionar, atender las recomendaciones de organismos especializados y tomar conciencia del impacto que nuestras acciones tienen en el medio ambienten y en los ecosistemas.

La OMS estima que las aproximadamente 87,000 toneladas de equipos de protección personal (EPP) que fueron adquiridos entre marzo de 2020 y noviembre de 2021 y enviados para atender las necesidades de los países por el COVID-19 a través de una iniciativa conjunta de las Naciones Unidas para situaciones de emergencia, la mayor parte acabarán convertidos en desechos una vez utilizados.

Y no sólo se trata de cubrebocas, toda vez que se han enviado a distintos países más de 140 millones de kits de pruebas, que podrían generar 2,600 toneladas de desechos no infecciosos (principalmente plástico) y 731,000 litros de desechos químicos (el equivalente de una tercera parte de una piscina olímpica), y que se han administrado más de 8,000 millones de dosis de vacunas a nivel mundial, lo que ha generado 144,000 toneladas de desechos adicionales en forma de jeringas, agujas y contenedores de seguridad.

El México, el Gobierno Federal a través de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, presentó en 2020 la Cartilla de Mejores Prácticas para la Prevención del COVID-19 en el Manejo de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), para el manejo adecuado de los residuos sólidos urbanos generados durante la contingencia. En este documento se establece una distinción en el manejo que se otorgará a los residuos sólidos urbanos (RSU):

  • Residuos “normales”: aquellos generados en casas y organizaciones no hospitalarias con residentes sin contagio aparente.
  • Residuos COVID-19: corresponden a los generados por un hogar u organización no hospitalaria donde resida una o más personas contagiadas, así como todos los RSU generados por los aeropuertos y terminales de pasajeros, marítimas o terrestres.

La evidencia existente indica que el virus permanece hasta 3 horas en el aire después de su dispersión, hasta 4 horas en superficies de cobre, hasta 24 horas en cartón y hasta 2 o 3 días en plástico y acero inoxidable.

La permanencia del virus en los materiales que conforman los RSU los convierte en un posible eslabón en la cadena de transmisión epidemiológica.

Si bien los hospitales cuentan con protocolos para la gestión de dichos elementos infecciosos, la proporción de éstos ha aumentado en cuanto a recolección e incineración, así como en infraestructura de almacenamiento. Por su parte, los restos surgidos en los domicilios es responsabilidad de cada persona, así como seguir las recomendaciones de los organismos especializados.

Si se cuenta con servicio de recolección hay que separarlos y tomar las precauciones normales de lavarse las manos después de sacar los restos para que sean trasladados por el personal encargado de la recolección de basura.

Recomendaciones para el desecho de cubrebocas

Un cubrebocas tarda más de 400 años en desintegrarse y si se encuentra en el mar no solo amenaza a las especies como peces, medusas y arrecifes de coral sino a la vida humana, así que ha llegado el momento de tomar conciencia sobre su desecho adecuado en aras de preservar la salud del personal de recolección de basura y del medio ambiente.

Considera que algunos gérmenes pueden sobrevivir en un cubrebocas usado por días, así que evita arrojarlos indiscriminadamente en ascensores, parques, lugares de trabajo, hogares, contenedores de basura abiertos, ya que
puede representar un peligro potencial para la salud de las personas que entran en contacto con dichos cubrebocas. Lávate las manos antes y después de quitártelo.

Esto aplica también para cualquier otro material utilizado contra el Covid-19. Para evitar reutilizar un cubrebocas usado, córtalo con unas tijeras por la mitad o bien cortar las correas para evitar que se atoren en cualquier parte.

Desecha los cubrebocas de cuerdo a su tipo, recuerda que deben tratarse como desechos médicos

  • Cubrebocas de tela: se puede lavar, desinfectar, secar y reutilizar. Para desecharse debe lavarse y secarse previamente.
  • Cubrebocas quirúrgico: se debe quitar con la barbilla hacia arriba, quita las cuerdas y no toques la parte delantera. Después, dóblala por la mitad hacia adentro, de esta manera el área contaminada no queda expuesta. Luego, dobla el cubrebocas en otra mitad, hasta que parezca un rollo. También se puede envolver con las correas para que no se deshaga. Envuelve el cubrebocas en una bolsa de papel de seda o de plástico (polietileno) y deséchelo inmediatamente.
  • Respirador N95: Coloca el cubrebocas en una bolsa de plástico o una bolsa con cierre hermético. También puedes guardarlos en un recipiente transpirable, como una bolsa de papel, entre otros. Asegura bien la bolsa y colócala en el bote de basura o en la unidad de eliminación de desechos biomédicos. Nunca te pongas un cubrebocas nuevo hasta que no te hayas lavado bien las manos

Fuente: Nota tomada de: gob.mx/profeco
Crédito de foto: Free Pick